Tengo miedo.La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.
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Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño
que reflejo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)
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Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
¡abandonada en medio de la tierra infinita!
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Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la tierra es una fruta negra que el cielo muerde.
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Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
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Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.
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2 comentarios:
Ya sé que llevo unos días diciéndote lo triste que es, pero también me gustaría decirte que la primera vez que lo leí... me atrapó de tal manera que lo llegué a hacer casi mío, eso es lo que tiene Neruda que llena cada verso que escribe inspirando a los que no escribimos tan bien.
Todos en algún momento, tenemos miedo de situaciones e incluso de sentimientos que nos atrapan de tal manera, que no nos dejan gritar lo que realmente tenemos dentro, pero aun así, seguimos mirando al cielo para encontrar ese pequeño destello que nos hace continuar y ser felices.
Gracias, anónimo.
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