domingo, 30 de octubre de 2011

Si el pasado ha sido mejor que el presente, el futuro seguro que será doloroso e incierto.


No dejo de darle vueltas a esta frase que apareció como si tal cosa ayer tarde en mi cabeza. Desde que llego en forma de cita se ha apropiado de mí y vuelve una y mil veces: en el momento más inesperado, sin razón o motivo aparente, esté en Babia o pensando con esfuerzo en lo humano y lo divino. No sé si será una señal, no sé si de una profecía se trata, o simplemente un aforismo traído de la desesperación en la que vivimos. Sé que me ha tenido obsesionado día y medio y he pensado que la mejor manera de alejarla de mí es escribir cuatro líneas sobre lo que pueda querer decir, y al poner negro sobre blanco seguro que desactivo una nueva obsesión que termina bloqueando mi pobre intelecto y me deja, aún más si cabe, sin capacidad de extender mi red neuronal en búsqueda de nuevos conocimientos.

No tengo calidad ni autoridad para sentenciar nada, no soy tan idiota como para pensar que una sola idea mía podría dictar cátedra a cerca de nada, no me considero ni medio listo, mucho menos culto, y aún en menor medida intelectualmente preparado para descubrir, marcar o liderar una nueva corriente de pensamiento. Con lo cual, y con entera sinceridad creo que la frasecita de marras es una somera idiotez y punto, como dicen ahora los más modernos.

Otra alternativa que no descarto es que sea una obviedad sin mayor profundidad que la de un charco después de un chaparrón de verano. Algo que si se te ocurre expresar en voz alta en algún foro público, logra que las cabezas de todo el auditorio se giren hacía ti y con una unanimidad apabullante, te miren con esa expresión de censura que reflejan los rostros cuando sin necesidad de palabras el mensaje no puede ser menos equívoco: Este tío es bobo.

Por otorgarme una pequeña oportunidad y más por el afán de justificarme, también puede ser el resultado del negro entorno en el que vivimos, la añoranza por tiempos pretéritos y el pánico ancestral por lo que todavía nos queda por vivir. Si, si, ya sé que nada descubro, que es una simpleza y que para llegar a esta conclusión con la que está cayendo no hace falta alguna  parir frasecitas para la historia. Tenía que intentarlo, es muy duro concluir que eres un imbécil, y que para una vez que te da por parir algo, lo único para lo que sirve es para escribir además un mayor número de idioteces, y lo que es peor hacerlas todas públicas a la vez.

Lo siento, mis disculpas más sinceras, una vez más os ofrezco un escrito de un ínfimo valor intelectual, una nueva chapuza que roza el absurdo y una nueva prueba de la falta de calidad de todo aquello que ofrezco sin decoro en esta nuestra Cambra. Eso si, me he quedado como Dios, y esta noche duermo del tirón y sin ninguna nueva obsesión.



1 comentario:

Juan Manuel Beltrán dijo...

A todos nos ronda la cabeza la idea de que algo se está montando y que nos hará pasar pruebas muy duras. Cada generación tiene la suya y es probable que la nuestra se esté cocinando. JMB