domingo, 26 de julio de 2009

El Principito. (Antoine de Saint-Exupéry)


Quién seguiría siendo niño toda la vida. Quién pudiera nunca envejecer. Quién pudiera nunca ser persona grande. Quién fuera siempre capaz de hablar de serpientes boas, de elefantes, de zorros, bosques vírgenes y estrellas. Quién alguna vez en su vida hubiese conocido a El Principito, y pudiese recordarlo para siempre.
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Yo ya soy una persona grande camino de envejecer, hace ya mucho tiempo que dejé de hablar de elefantes, de boas, de zorros y de estrellas. Ya no sé entender de todas estas cosas, ya no sé de cajas, ni de corderitos, ni de baobabs.
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Hoy he vuelto a releer este libro, lo hago de vez en vez, lo hago seguramente a destiempo, cuando como persona grande que ya soy, me importan más el mundo de las cifras, el mundo de las consignas, el mundo del poder y la disciplina. Lo hago cuando dejo de comprender los libros para niños, y cuando llevo mucho, mucho tiempo olvidado de que yo también en su día fui un niño.
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De su nueva lectura hoy quiero compartir con todos alguna de las ideas que El Principito cuenta cerca del momento de su despedida. Sé que no para todos han de significar lo mismo, seguramente dependerá de lo persona grande que ya seáis. Sé que al contarlas de forma aisladas y algo fuera de su contexto natural no te dirán mucho, o sí, eso depende de la parte del niño que ya no somos y aun queda en nosotros. No pretendo más, no quiero contar nada, sólo os regalo unos párrafos sueltos que a mi me han devuelto por unos instantes a la niñez, al tiempo de la ilusión, al tiempo de la sinceridad, al tiempo donde todo lo importante era simple, nítido y fácil de entender.
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....."Por las noches miraras las estrellas. No te puedo mostrar donde se encuentra la mía, porque mi casa es muy pequeña. Será mejor así. Mi estrella será para ti una de las estrellas. Entonces te agradará mirar todas las estrellas....Todas serán tus amigas..."
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....."Las gentes tiene estrellas que no son las mismas. Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros, no son más que lucecitas. Para otros, que son sábios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Tú tendrás estrellas como nadie las ha tenido."
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....."Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reir!"
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....."Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás deseos de reir conmigo. Y abrirás a veces tu ventana, así ....., por placer...Y tus amigos se asombrarán al verte reir mirando al cielo. Entonces les dirás:"Sí, las estrellas siempre me hacen reír", y ellos te creerán loco. Te habré hecho una muy mala jugada...."
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Los mayores no nos damos cuenta que vivir el mundo desde la visión de un niño no es tan difícil. Simplemente nos sobra pudor y sentido del ridículo. No debemos permitir que ese niño que todos llevamos dentro quede dormido. Hay que despertarlo, hay que dejarlo ir para que todo sea mejor y mucho más divertido.
El otro día mientras cenábamos en casa en la terraza, Joan, Catalina y Jorge, empezaron a saludar a las estrellas. Para ellos, son la casa de la abuela Maruja, el abuelo Paco, el tío Paco y de "Gómez". Todo empezó porque Mónica contaba como el abuelo Paco cantaba siempre "Mi limón, mi limonero,..". Yo dije que el abuelo desafinaba. Joan se quedo muy serio y me dijo: "papá que te va a oír y se va a enfadar contigo". Así que me levante, pedí perdón al "jefe" mirando a las estrellas y seguimos saludando desde abajo, a toda nuestra familiar estelar. Estoy convencido, al igual que mis hijos, que esa noche Mamá, papá, paquito, Ricardo, la abuela, e incluso "Gómez" nos oyeron. Besos.
Antonio