domingo, 10 de febrero de 2013

Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas te impedirán ver las Estrellas.




Es archiconocida esta frase de Quino en boca de Mafalda. Pero no por menos famosa deja de contener una metáfora maravillosa.
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Todos sabemos cuando hemos de aplicarnos la misma, cada quien en sus circunstancias más personales la puede y debe rescatar.
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No soy yo quien niegue la verdad que en sus palabras  esconde. En infinidad de momentos el llanto por lo que he perdido, el lamento por el dolor sufrido, la angustia por el vacío sentido, han alejado de mí la belleza de lo más querido, han ocultado los sentimientos más profundos, han robado a mi ser las alegrías de la vida.
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De la verdad de mi vida, de las lecciones aprendidas, del camino ya recorrido, de los años ya pasados, extraigo suficientes experiencias que me enseñan que el llanto contenido, que las lágrimas no derramadas, que el sollozo callado y mudo, ofrecen a mis ojos y a mi vista la belleza que al alcance de mis manos está, como fruta madura para ser recogida.
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No lloréis nunca si la luz del sol os es sustraída. En la oscuridad de la noche, en la ceguera más opaca, incluso en el ocaso más profundo de vuestra alma encontrareis el camino de luces resplandecientes, el fulgor de las estrellas que saldrán a vuestro encuentro para guiaros por las tinieblas más temidas.
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No lloréis si el sol se ha perdido, la noche y sus estrellas serán siempre el preámbulo de un nuevo amanecer. No dejéis que un reguero de lágrimas oculte la belleza de ese puñado de estrellas, que en la noche y a través de tu ventana se muestran impacientes para volver a iluminar todo tu ser. Abre tus ojos y deja que se inunden con la luz de la esperanza, con el resplandor de la ilusión, con la alegría de la vida.
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(Para todos aquellos, que como yo, han perdido la luz del sol en muchos momentos de su vida, para todos aquellos que como yo han vivido en las tinieblas del dolor, la desazón, el miedo y la angustia, para todos aquellos que como yo, han dudado si mañana tendríamos un nuevo amanecer.)
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1 comentario:

Ana dijo...

Es bonita tu reflexión, y muy cierta, hay muchas cosas buenas que nos podemos perder cuando el dolor o la rabia nos ciegan, y no es bueno perder el norte, yo también pienso que incluso en la oscuridad mas profunda siempre hay algún destello que nos ayuda a tirar para adelante.