Confitetor:
“Confitetor Deo omnipotenti,
Beatae Mariae Semper virgini,
Beato Michaeli Archangelo,
Beato Ioanni Baptistae
Sanctis apostolis Petro et Paulo,
Ómnibus Sanctis, et vobis,
fratres,
Quia peccavi nimis cogitatione,
verbo et opere,
Mea culpa, mea culpa, mea máxima
culpa….”
Mea máxima culpa est. Inicio esta
entrada evocando el Confitetor (yo confieso/yo pecador) como expresión pública
de mi más absoluta ignorancia digital.
Confieso desnudando mi espíritu y
alma, a sabiendas del público escarnio al que puedo ser sometido por lo
irreverente, trasnochado, y obsoleto de mi persona, conocimiento, y escaso
saber.
Vaya en mi defensa que desde hace
ya algún tiempo tengo como misión personal la búsqueda de los tesoros mejor
guardados, la búsqueda de esos arcanos digitales que han de darme la luz del
conocimiento.
Para ello intento explorar un
mundo aún desconocido para mí, apoyándome en nuestros expertos, cual augures
romanos (aquellos funcionarios estatales que practicaban magia benéfica en
foros, plazas y lugares públicos), sabedor que ellos me han de ofrecer a través
de sus fórmulas la respuestas necesarias para iniciar la senda de la sabiduría
digital.
Como Ulises navego por un mar
lleno de peligros, me alejo de los cantos de sirenas, escucho a Circe y sus
buenos consejos, y exploro este océano de acrónimos que confunde y nubla mi
entendimiento.
Me cuesta distinguir entre DSP,
SSP, DMP. Ignoro lo que es un Tranding
Desk, un Ad Exchange.
Descuartizo pistas que en
presentaciones voy encontrando, y por momentos mi desesperación me arrastra a
episodios de colérica locura cuando descubro afirmaciones del tipo:”
Cuando se aprueba la campaña, MP avisa a Sales y sube materiales y OC a la
IOMT”. Dios salvador y redentor dame las fuerzas necesarias y la
suficiente Fe para alcanzar mi objetivo. No me entero de nada, y lo peor es que
mi caos mental se acrecienta en cada paso que doy por el camino del
conocimiento.
Lucho conmigo mismo por entender
el algoritmo del DSP de e-learnings imprescindible, parece ser, para construir
un árbol de diferencias y en base a éste tomar la decisión de cuando y como
comprar.
Invoco a Medea, hija del Rey
Eetes y de la ninfa Idía y arquetipo de bruja o hechicera, para que inspire mi
ser y me dé el vigor suficiente para alcanzar los arcanos del saber digital,
para asimilar tal cantidad de paradigmas.
Continuó mi víacrucis solitario:
rebusco en libros, leo artículos, acudo a algún foro especializado, y escucho
atentamente a cualquiera que en mi entorno más cercano destripa animádamente el
recóndito mundo digital. No es suficiente, aún sigo muy alejado de la verdad.
No desespero en el intento, sé
que llegará el día, alcanzaré la Luz, encontraré el camino que me ha de llevar
a conseguir tan ansiada erudición.
Descubriré los secretos tan bien
guardados y como los siete sabios de Grecia, haré de la humildad la madre de la
sabiduría. Seré digital y participaré de todos y cada uno de los arcanos
digitales que hoy tanto me esquivan.
Mientras ando el camino, no me queda mayor
remedio que aceptar mi destino y seguir mimando a mis otros mejores amigos, los
acrónimos del ayer: GRP’s, OTS, CPM……
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