sábado, 2 de julio de 2011

Me obligo.


Me obligo, no sé que voy a escribir de aquí en adelante, me imagino que nada coherente, nada digno de ser compartido como ya me ha ocurrido en otras ocasiones, pero o soy capaz de terminar lo que acabo de empezar o tiro la toalla definitivamente. Llevo un mes intentando venir a esta cita cada fin de semana, llevo un mes entero entrando en el blog con intención de escribir algo que me conforte, que sea mínimamente interesante, que me haga sentir bien y que tenga un mínimo sentido para ser ofrecido a los demás.

Estoy seco, o quizás vacío, nada de lo que he iniciado en cada envite he sido capaz de terminar, nada me ha parecido lo suficientemente adecuado para exhibirlo, todo eran una sucesión de palabras incoherentes faltas y carentes de ideas y sentido.

Me siento incapaz, alguna vez he pensado que usurpaba un rol que no me pertenece, quizás me he creído que tenía una capacidad que realmente no me corresponde, he sido sin duda altivo y orgulloso al pensar que esto de imitar a todos los que con la palabra crean era un ejercicio fácil de ejecutar, un juego al alcance de todos, un pasatiempo sin complicación. Soy consciente de la dificultad que hay detrás de cada escrito, del valor que reside en cada cual que es capaz de poner negro sobre blanco pensamientos, historias, relatos, opinión e incluso crítica.

Siento una gran decepción, una sensación de fracaso por omisión. Nadie dijo que fuese fácil, nadie me obligó a iniciar un camino de compromiso conmigo mismo y con los pocos que asiduamente siguen la trayectoria de esta Cambra, pero una vez iniciado el camino el sentimiento de falta es inmenso cuando se suceden los días y nada tengo que ofrecer.

Hoy intento romper una inercia de pereza y conformismo para recuperar la mínima tensión necesaria que me permita mantener la poca solvencia que me queda a la hora de acudir aquí y dotar de algún contenido a esta página.

No voy más allá, me doy por satisfecho, he sido capaz de hilvanar unas cuantas frases que al menos tienen el sentido del lamento y la autocompasión. Por algún sendero he de retomar el camino y lo que todavía queda es mantener el paso y seguir avanzando aunque sea despacio pero sin grandes pausas.
.

2 comentarios:

Juan Manuel Beltrán dijo...

Ya sabes lo que se dice: te pones con el papel, o la pantalla, y te dejas llevar por la primera tontería que te venga a la cabeza o que leas en la red. Por cierto, lo de Valerie Troskan te puede dar mucho juego, que ya lo hablamos cuando lo detuvieron. Suena a encerrona.
Animo, que va bien la cosa. JM

RollingStorming dijo...

Solo tiene dudas quien actúa, quien escribe, quien se esfuerza, quien vive la vida, quien se equivoca. Dudar es vivir y si no dudases sobre tu aportación...
Compañero tu alma está hecho de tipo de metal y tinta de corazón... no dudes de que tus palabras siempre nos llegarán.
Duda y nunca dejarás de escribir.